Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas

Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas
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31 de diciembre de 2008

OTRA VEZ EL CHAMPAGNE Y LAS UVAS ....


Comienza la recta final de este año, mi gran año raro; preparamos nuestras mejores galas, empiezan los rituales correspondientes a este día, el último día del año, ropa interior roja, almorzar con lentejas, echar oro en la copa del brindis, y con todo eso uno se predispone a pasar un gran año venidero. Yo siempre he hecho esos rituales (no soy superticioso, que da mala suerte), y la verdad, unos años han sido buenos, otros malos, y este que ya termina, raro (muy muy raro).
Y digo año raro, porque, siendo justo, no ha sido malo, ha sido un año lleno de cosas nuevas, un año lleno de colores, empezó negro, luego gris, dando paso al verde, después al rojo, al azul y así hasta llegar al blanco, al momento de paz y de felicidad que siento en este momento.
Ha sido el año que más he hecho de todo, más he llorado, más he sufrido, el año en el que más vulnerable me sentí,............., ha sido el año en el que más me he reído, más he salido, más me he sentido arropado y apoyado, el año en el que mi vida comenzó a ser vida, pasé de robot que hacía las cosas matemáticamente a ser el hombre que siempre quise ser, disfrutando con lo más mínimo, dejando los problemas banales a un lado y ahogándome en una piscinas de sentimientos ocultos.
¿Que qué le pido a este año? Salud, mucha salud, salir de esta enfermedad para poder ayudar a personas como yo; seguir siendo feliz, e impregnar esa felicidad a personas enfermas, poder decirles que con cáncer se puede ser feliz; además, este año es uno de los años más importantes de la vida de mi hijo, su comunión, y quiero que sea una fiesta, su gran fiesta, quiero estar bien para hacerle gozar y disfrutar de ese día, que se convierta en un día inolvidable.
Este año quiero conocer a todos los que me han ido apoyando en esta cruzada, los que están como yo, saldremos, todos saldremos, y haremos una gran fiesta, brindaremos, nos abrazaremos y sobretodo, nos alegraremos de poder estar vivos, de poder estar sanos, de estar curados.
Este año va a ser mi año, nuestro año, el 2009 será el año en el que ganamos la batalla al cáncer.
FELIZ AÑO 2009 A TODOS.

23 de diciembre de 2008

CARTA A PAPÁ NOEL


Querido Papá Noel:


Como bien sabes, este año ha sido un aprendizaje muy especial para mí. Desde que me diagnosticaron cáncer no me he dejado sucumbir por la tragedia ni la pena, y contra todo pronóstico, he sabido salir a flote con la cabeza bien alta, iluminando los días tristes y disfrutando los días alegres.
Sé que hace muchos años que no te escribo, más bien te acompaño a la hora de elegir los regalos de los míos, me he convertido en tu asesor, pero este año es diferente, este año es especial para mí.

Por estas fechas justo hace un año me sentía angustiado, sin saber qué se cocía en el interior de mi organismo, ya que un bulto decidió salir a flote, y mientras me hacían pruebas y demás, nos encajamos en las navidades. Aunque un médico me dijo que no me preocupara, que no era nada serio, ya que en la radiografía no se apreciaba nada, tenía un presentimiento, de que algo no funcionaba bien. Finalmente, un puñado de proteínas decidieron hacer una sentada en mi clavícula formando un tumor. Podría haber sido peor, pero no lo ha sido, y empecé con el tratamiento. Me han radiado durante veinticinco semanas, un poco cansado sí, pero ha sido tan efectivo ese tratamiento, que cada vez que voy a alguna revisión, todo va viento en popa.

Este año no te voy a pedir nada material, porque, con los años he aprendido que lo material es tan efímero y tan banal, que no nos lleva a ningún lado. A mis niños y familiares, pues ya te he ayudado en la elección; pero esta carta es mía, y voy a ser algo egoísta, ya que lo que te voy a pedir es para mí. Quiero salud, mucha salud. He visto las orejas al lobo, y aunque pongo todo de mi parte, una ayudita tuya no me vendría mal. No quiero correr en la curación, lo único que pretendo es curarme. Eso sí, hay que ser justos, y por ello quiero agradecer a todo el equipo médico que me han tratado y ayudado, y al otro equipo, los que me rodean y me miman, por no dejarme caer nunca.

De pequeño me trajiste bicis, juegos de mil formas, geyperman, pero sobretodo me traías mucha ilusión, te esperaba pacientemente y ansioso a la vez, y curiosamente, este año te espero igual, con mucha ilusión, deseando desenvolver esa porción de salud que me vas a regalar, a mi y a todos los que estamos con algún problemilla. Sé que estás en mi ejército, y que me ayudas desde ese lugar mágico donde vives, rodeado de nieve, renos y pequeños duendecillos, y que pronto habrá acabado esto.

Sabes que he aprendido la lección que me ha dado la vida, y estoy disfrutando todos y cada uno de los momentos sorprendentes que tiene el estar vivo, y eso jamás lo olvidaré.

Una cosita más, si no te importa, me gustaría aprovechar esta carta para desear a todos todos todos FELIZ NAVIDAD, que todos seamos felices, cada día más, me gustaría desear que todos seamos felices no sólo en este periodo, sino en todo el camino llamado vida.

Sin más, para no entretenerte, desearte un feliz día, pedirte que tengas paciencia con todos, y agradecerte que siempre hayas estado ahí

10 de diciembre de 2008

.... Y LLEGÓ EL BALANCE, el primer balance



Ya ha pasado un año, trescientos sesenta y cinco días en los que he vivido al máximo, doce meses muy intensos, y ahora llega la reflexión.


No ha sido fácil llegar hasta aquí, he subido muy cuesta arriba, pero ha merecido la pena, el vivir merece la pena. A pesar de que no supe la noticia hasta pasado más de un mes, mi tumor de la suerte y de nombre feo salió el 7 de diciembre de 2007. Y mucho he pasado desde entonces, creo que es justo pararse a reflexionar, soltar todo para comenzar un nuevo año al que solamente le pido salud, mucha mucha salud.


No puedo decir que todo ha sido bueno, porque, seamos honestos, un cáncer no es bueno. Pero sería injusto por mi parte decir cuanto dolor, sobretodo anímico he sufrido, cuantas lágrimas he soltado y cuanto maldije mi organismo. En este tiempo lo malo me enseñó que todo tiene dos caras y que hay que saber elegir la correcta, la buena, todo tiene lo amargo y lo dulce, lo cruel y lo benigno, la desgracia y la felicidad; sólo hay que reflexionar para dejarnos envolver con la parte beneficiosa para nosotros, que la vida son dos días y hay que saber disfrutarlos.
Lo que más me enorgullece es que, pasado unos años, poder contar que tuve una lucha con un cáncer de nombre feo, muy feo, y que lo vencí, que la aparente vulnerabilidad que yo tenía se convirtió en mi aliada para poder vencerlo, que con mis ganas y tesón, y un ejército de familiares y amigos combatimos y ganamos.
Ojalá pueda ayudar a gente en mi situación, o a familiares para poder paliarles el dolor que esto provoca. Ojalá algún día no muy lejano pueda contar mi experiencia para ayudar, ese es mi propósito. He pasado por mucho dolor, he sabido canalizarlo para que no me venciera, y eso es lo que quiero expresar, dar mis consejos, como lo que escuché una vez, y ha sido mi grito de guerra, "la cura empieza por la cabeza". Quiero ser mecenas de todo lo que he escrito, ayudar en batallas ajenas, quiero convertirme en el hombro para que se apoyen. Quiero hacerles ver que con cáncer se puede vivir, que con cáncer se puede ser feliz, y sobretodo, que el cáncer se curará.

6 de diciembre de 2008

PRIMER AÑO DE VIDA (o mi mejor año)


Un año ya, ha pasado tan rápido y tan despacio a la vez, ha sido tan penoso y tan glorioso a la vez, que no se me ocurre otra forma de describirlo mas que un año de vida, de nueva vida.

En este año me he encontrado a mí mismo, he recapacitado, he aprendido a canalizar el tiempo, y sobretodo, a disfrutar del tiempo. Ha sido un año lleno de incertidumbres, con muchas lágrimas, lágrimas de dolor, lágrimas de alegría, lágrimas de vida; éste ha sido un año muy intenso, demasiado para asimilar todo, por eso sólo me quedo con lo bueno de este año.

Si hace un año y un día me dicen que me iba a pasar todo lo que me ha pasado, no me lo creo. Y es que de buenas a primeras me he visto envuelto en tantas cosas que casi no doy crédito a todo lo que me ha pasado.

He conocido al dolor, a la vulnerabilidad, al terror y al miedo, pero en este viaje me ha acompañado y guiado la ilusión, la amistad, el amor, la vitalidad, la fuerza, el coraje y sobretodo las ganas por ser el único vencedor en mi batalla particular.

En esta aventura me he topado con gente que me ha aportado tanta energía que ha sido fácil sobrevivirlo. Me he reencontrado con amigos, he podido afirmar lo que siempre sospechaba, que tengo la mejor familia que nadie puede tener, jamás me he sentido solo, me han guiado, todos los que me rodean y se preocupan por mí han sido mis alas para no caer, han sido el hombro donde me he desahogado, han sido mi aliento, me han enriquecido con todos sus gestos y actos. Este año ha sido mi año, mi GRAN año.

En este año me topé con mi enemigo, de nombre feo, muy feo, quiso medir las fuerzas conmigo, y no ha podido, y no va ha poder. Las batallas las voy ganando una a una, las vamos ganando una a una, y la voy a ganar, la vamos a ganar.

Ha sido un año completo, he aprendido, he renacido, y estoy creciendo, creciendo como persona, como marido, como hijo, hermano y amigo; no ha sido un año de propósitos, sino de realidades, de grandes cambios en mi ego, en mi mente y en mi corazón.

Puedo decir que ha sido mi mejor año; me he reencontrado y he pulido mi personalidad; me he esforzado en vivir, en sobrevivir; me he rodeado de gente que me quiere y me cuida; he plantado cara al cáncer y al dolor; por todo esto y más, mi mejor año.

2 de diciembre de 2008

MIS PRIMERAS NAVIDADES (o las más especiales quizá...)


Diciembre ya llegó, y con él el periodo que más me gusta (con lo ateo que soy....). Siempre me ha entusiasmado la navidad, mucho, muchísimo, y desde que soy padre más aún. Disfruto todo lo que conlleva, desde el ver una y otra vez los catálogos de juguetes con los niños (os puedo asegurar que lo he visto en lo que llevamos de periodo como veinte veces), montar el árbol y el belén, salir a pasear y ver el alumbrado, ver a la gente cargada de bolsas con las compras propias de este tiempo (aunque con la crisis, irán más ligeros de equipaje....), cantar villancicos (o tararearlos, mi timidez no me deja cantar en público), y todos esos rituales que van acaeciendo. Pero lo que más me gusta de todo es la cara de ilusión, de alegría de los niños cuando la mañana de reyes se levantan aún con las legañas pegadas en los ojos a abrir mil y un regalos. Ese momento lo tengo guardado en mi retina año tras año.
Estas navidades son aún más especiales para mí. Mis primeras navidades de guerrero, de luchador, de sobreviviente y sufridor. Os puedo garantizar que las voy a disfrutar aún más. Nada perturbará mis ilusiones.
Este domingo día 7 de diciembre hará un año del que me salió el tumor (a las tres de la mañana me di cuenta...), y vamos a hacer una fiesta, a celebrarlo, porque, gracias a él mi vida cambió a mejor (quién me lo iba a decir).
Ha sido un año raro, diferente, ha pasado tanto en tan poco tiempo que casi ni he asimilado, o mejor dicho, no he querido asimilarlo más de lo normal, porque no quise, no quiero perturbar mi mente más.
¿Qué ha tenido de diferente este año, si he reído, he llorado, he disfrutado y me he agobiado? Pues la diferencia fue que empecé a agobiarme, a llorar más que nunca, y de buenas a primeras a reír más que nunca, y a reír más que nunca. Me he sentido en la escuela, pero en lugar de ser el Funcadia que era como se llamaba la mía de antaño, ésta se llama la escuela de la vida. Lo mejor de todo, que ahora siento más que antes.
Por todo ello son mis primeras navidades, o las más especiales (si cabe...)

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