Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas

Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas
Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas. Pincha sobre la imagen y ...¡Participa!

17 de febrero de 2010



Ante la inminente inauguración de la web de la Fundación de Enfermos y Familiares de Cáncer Deja que Llueva, hemos preparado un concurso para los luchadores más pequeños.
Entre las secciones de la web, habrá una llamada PEKENUBES, que está siendo creada por y para los valientes luchadores más pequeños, donde podrán jugar online, habrá cuentos, dibujos, concursos, y un sinfin de sorpresas creadas especialmente para ellos. Vamos a dejarnos la piel para que sea su espacio, su espacio virtual, donde podrán opinar, tendrán voz y voto, será su rincón donde recargar fuerzas, será la nube que empape de esperanza y de optimismo ese pequeño gran guerrero. Su lucha será la nuestra y no se sentirán jamás solos.

Y para ello hemos pensado en que ellos sean quienes hagan la mascota de PEKENUBES. Será un concurso donde nos harán llegar los dibujos de las mascotas y de entre todos se elegirá la que represente la web. El premio consistirá en un lote sorpresa.

Los dibujos deben estar en formato jpg o png y el fondo blanco. Los dibujos los podéis mandar a la dirección pekenubes@gmail.com poniendo en el asunto concurso mascota Pekenubes. Si no tuviéseis escanner, mandad un correo y se informará de otras maneras de envío. Todas, absolutamente todas serán colgadas en la web.

Dejad que llueva y recibid abrazos infinitos

6 de febrero de 2010

TENSIÓN, EMOCIÓN Y VICTORIA

Como todo partido, empieza y termina, con un resultado favorable, desfavorable o empatado. Yo he terminado mi partido, y el resultado no podía ser mejor, el resultado se ha grabado en cuerpo, el resultado me acompañará el resto de mi vida, de mi nueva vida.

Antes de hacer la crónica de ese mi partido, mi gran partido, es justo hacer mención a la operación a la que me sometí. No fue precisamente coser y cantar.

A las once y media entraba en una sala fría, muy fría. Temblaba, tiritaba, por frío sí, pero por nervios también. Una enfermera que para ser justos era muy simpática comenzó a prepararme. Me cogió una vía en mi brazo donde gotas de suero regaba mis venas, se unían a mi sangre (mi sangre es una campeona...) para distribuirla en mi cuerpo. Me acomodó para poder trabajar agusto el cirujano y yo poder estar en la posición más placentera dentro de lo que cabe. Y seguía tiritando, más aún si cabe. Note el frío del yodo sobre mi ex bulto y pensé - ya está todo, ahora sí que no tengo escapatoria, tendré que someterme a esta operación-. Y es que es tanto mi terror a un quirófano, que un día tenía cita para quitarme un lunar y a los cinco minutos restantes de la cita, abandoné y me fui.

Llegó el cirujano, un señor que intentaba calmar mis nervios hablándome y preguntándome. Antes de la operación, le pregunté que si podría ver el tumor una vez que lo quitaran, a lo que me dijo que sí, que me enseñaría el bote. Quería ver el culpable de mis días de insomnio este verano cuando me lo noté. Y empezó a introducirme anestesia local en la zona. A cada pinchazo daba un respingo (lo sé, soy peor que un niño chico, pero es que me duele tanto mi cuerpo....), y tras dos o tres pinchazos me dice - tú te has sacado líquido medular no? pues eso es dolor, esto no-. Me dejó sin palabras, aunque seguía dando respingos... La sorpresa fue cuando abrió y vio que no era tan fácil como pensaban. El tumor había crecido, y estaba muy profundo, apalancado en la costilla y en el músculo. No voy a describir todas las sensaciones y dolores que tuve, que no fueron pocas, a cada momento me inyectaban más anestesia. La operación de 20 minutos que duraría duró 45. Finalmente sacó el tumor de mi cuerpo y procedió a hacerme un remiendo en mi piel.

Debido al dolor y miedo que había pasado, cuando me fui a incorporar me puse (y son palabras textuales de la enfermera) verde, mi rostro estaba verde. Corriendo me hicieron un electro, toma de tensión, pruebas en visión. Diagnóstico... nervios, tensión, miedo, dolor. El cirujano me dijo -¿quieres ver el tumor? - a lo que le contesté como pude que no, porque sería capaz de cogerlo y lanzarlo con todas mis fuerzas al horizonte. Tras un rato en reanimación, me fui a casa, donde mejor podía estar, en mi sofá, en mi cama, en mi hogar. Mi lipoma ya estaba encerrado en un bote, y yo me sentía más aliviado, dolorido, pero aliviado.

Pero horas antes de esto, tuve cita con la hematóloga, mi hematóloga. La verdad es que debido a las numerosas visitas que hemos tenido, la considero algo mío ya. Al principio me asustó, porque me dijo, entras tú primero. Miré a mi mujer y le dije, oh oh, esto no va bien, no me ha gustado eso de que me mirara, y habiendo tantos por delante mía me haya dicho eso. Los nervios se apoderaron de mí (vaya día de nervios que me tiré). Entré y antes de sentarme dijo unas palabras mágicas, palabras que son valiosas como diamantes, palabras que te abrazan y te elevan a lo más alto, palabras que erizaron toda mi piel. Mientras yo movía la silla para tomar asiento oí que salió de su boca- Carlos, ya no hay nada en tu sangre, el pico monoclonal ha desaparecido- No puedo explicar lo que sentí. No había rastro de cáncer en mi organismo. Quedaba un pico que llaman ellos que me dijo que quizá no desapareciera, pero que no pasaba nada, era algo con lo que podía vivir. El que haya desaparecido no es otra cosa que mi recompensa, que mi lucha ha servido, que he ganado, HE GANADO...

Por seis días de diferencia no ha coincidido con la contrapartida que ocurrió hace dos años, cuando me diagnosticaron cáncer. Ese día intenté no llorar, y en esta ocasión también decidí no llorar, sino reír, reír a más no poder. Y cosas de la vida, hace dos años mi mujer que me acompañaba cuando me dieron la noticia, ahora también ha sido ella la que me ha acompañado en esta dicha. Y como hace dos años lo primero que hice fue llamar a mi madre para darle la mala noticia de mi enfermedad, esta vez ha sido igual, pero con la diferencia de que le dije que estaba curado, que el cáncer se ha ido de mis venas, de mi sangre, de mi cuerpo, de mi vida.

Pensé en todos mis familiares, que lo han vivido conmigo sin dejarme caer, pensé en mis amigos, que han estado conmigo a cada momento, y pensé en todos los luchadores que me han acompañado en este blog, que he conocido por las palabras aquí escritas, que como si fuésemos amigos de toda la vida hemos llorado y reído, nos hemos desahogado.

Lo dicho, ha sido un día de tensión, de emoción, de victoria......

3 de febrero de 2010

OPERACIÓN SALUD

La verdad que tengo un poco abandonado (que no olvidado) mi diario personal, pero estoy embarcado en un proyecto que es mi sueño, aunque no sé si soy yo quién va tras mi sueño o es mi sueño quien viene hacia mí de lo rápido que está sucediendo todo, cada día son noticias muy interesantes que pueden aportar una gota en esa nube que estoy formando y de la que cada día se une más y más gente.


El próximo día estaré metido en un quirófano para quitarme un tumor benigno que me salió este verano, pero que por recomendación médica, y decisión particular he decidido apartarlo de mi vida, y sobretodo, apartarlo de mi cuerpo. Lo que no es mío no lo quiero, y lo que no me aporta nada, para qué sobrellevarlo.

Los nervios son inevitables, las agujas y yo no somos compatibles, tiemblo sólo de pensar que me inyectarán anestesia, que unos desconocidos amigos de los que me fío totalmente hurgarán en mi cuerpo para extraer ese susto en forma de tumor que decidió hacer trincheras en mi costado.

Pero una cosa tengo clara, en estos días que estaré en reposo avanzaré con mi sueño más que nunca, porque esto que me va a ocurrir el viernes será mi operación salud...

Si te gustó esto, tal vez te interese...

Related Posts with Thumbnails