Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas

Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas
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21 de diciembre de 2011

Para las jóvenes princesas que luchan...


Había una vez una joven princesa encerrada en un castillo donde la intentaban proteger del terrible y canalla monstruo de nombre feo. A pesar de estar rodeadas de máquinas que hacían de fiel ejército; a pesar de estar atadas con unos cables protectores; a pesar de que no podía estar con toda su familia a la vez, era feliz.

De vez en cuando daba paseos por los pasillos de ese castillo acompañada de algún familiar cercano o alguna ama de llaves vestida de blanco que vigilaba y administraba poco a poco más y más poder para ser más fuerte ante su enemigo. En esos cortos pero necesarios paseos, veía que había otras jóvenes princesas y otros príncipes que estaban en la misma situación que ella. No había nada de extraño entre unos y otros. Comprendió que era una misión muy importante la de ese castillo, y los jóvenes seleccionados estaban allí para que, entre todos, derrotar a ese malvado que se cebaba de los más desprotegidos, pero con la ayuda recibida, se iban haciendo cada vez más y más fuertes.

Descubrió que allí se respiraba bondad en estado puro, no había superficialidades, todos vestían iguales, algunos no se peinaban ya porque no lo necesitaban, otras jóvenes aún mantenían restos de ese cuero cabelludo que antes lucía, y ahora lo que más lucía era la piel de su cabeza. Aunque al principio no entendían el porqué, descubrieron la parte cómoda de la situación; una buena época sin tirones a la hora de desenredar. Y lo más bello era que su rostro se veía más claro y despejado, brillantes cabezas, y resaltaban su belleza.

Iban pasando los días, y la realeza se mezclaba, princesas y príncipes de diferentes reinos hablaban y jugaban; compartían penas y alegrías; hicieron una piña. Todos eran iguales, más altos o más delgados, pero todos tenían el mismo ejército que los protegían, las amas de llaves y los caseros del castillo les hacía la vida más fácil, formaban una gran familia.

Algunos habían tomado más fuerza que otros, y podían salir unos días del castillo. Pero nuestra joven princesa aún no se encontraba lo suficientemente fuerte y se quedó en el castillo para celebrar la Navidad. Ella decía - ¿dónde voy a estar mejor que aquí? Me siento protegida, y hasta que no tenga la fuerza suficiente no podré enfrentarme al mundo exterior-. Y cuánta razón tenía. Su familia, aunque con el dolor que puede provocar la situación, se daba cuenta de las lecciones que la joven princesa, pese a su edad, les daba por momentos.

En la noche de Navidad, vino una visita muy especial. No era otro que Papá Noel, que venía a hacerles un regalo a las damas y caballeros que habían en ese castillo. ¡Qué contentos se pusieron todos al ver a ese viejo amigo!

Les abrazaban, les pedían algunos el poder salir, otros que les dieran más fuerzas, otros les miraban con cara de sorpresa, pero todos recibieron un regalo de parte del mago de la navidad, el señor Noel.

La joven princesa le dijo - Papá Noel, ¿cómo me has traído un regalo si yo no he pedido nada?- A lo que el sabio señor le contestó - Joven princesa, hay muchos niños que en sus cartas me piden que me acuerde de gente como tú, que se encuentran retenidas en un castillo para protegerles de su enemigo. Y nunca jamás podré olvidarme de gente tan valiente como tú.- La princesa le abrazó y fue corriendo a su cama para desenvolver lo que Papá Noel le había obsequiado.

Quiso mantener intacto el papel que lo envolvía, que era tan bello como su rostro, pero los nervios e ilusión podían más y con prisas los rompió esparciendo trozos de papel por el suelo. Papá Noel la miraba fijamente y casi con lágrimas en los ojos de ver la ilusión que desprendía. Pero cuando la joven princesa descubrió lo que había en su interior puso una cara que Papá Noel no esperaba. -¿Qué te pasa, joven princesa, no te gusta?- Le dijo sorprendido, a lo que ella contestó - Si me gusta Papá Noel, es una muñeca de princesa preciosa, pero, ¡tiene pelo!- exclamó, y prosiguió diciendo -deberían haber princesas de todos los tipos, al igual que las hay con trajes de diferentes colores, princesas de piel canela, de piel chocolate o de piel rosada, al igual que hay princesas rubias, morenas y pelirrojas, deberían existir princesas que no tuvieran pelo, como yo-. Las lágrimas en los ojos de Papá Noel eran como lluvia que no cesa, y asintiendo con la cabeza la abrazó y le dijo -Joven, no soy yo quienes las fabrican, pero me voy a encargar de que la fábrica de juguetes haga muñecas de princesas tan listas como tú, que haya variedad y así todas las niñas y niños de este mundo comprenda que hay gente diferente, mágica, que luchan como si fueran adultos, pero que son en realidad niños y niñas que sólo quieren jugar como los demás-. La princesa le abrazó y se despidió de Papá Noel, quien le hizo la promesa de que el año que viene harían muñecas como ella, princesas sin pelo pero con mucho amor y valentía.

Como portavoz de Papá Noel, pido, solicito, suplico a esas compañías de juguetes que tanta ilusión encierran en las cajas donde portan los productos, que por favor se acuerden de esos niños que están combatiendo con el cáncer. Que podrían hacer una partida de princesas calvas, como ellas, y repartidlas en hospitales, para que se sientan reinas, para que no envidien algo que se les ha caído por un tratamiento tan abrasivo y destructivo. Me voy a encargar de mandar correos a Mattel para que por favor hagan este gesto. Incluso se me ocurren que podrían venderlas en jugueterías y con lo recaudado o gran parte sea donado a hospitales, asociaciones y fundaciones que velan por los derechos de los niños con cáncer. Ojalá se haga realidad.

FELIZ NAVIDAD A TODOS Y FELIZ SALUD, MUCHA SALUD PARA TODOS....

10 de agosto de 2011

Tras un largo periodo... He vuelto....

Llevo mucho tiempo queriendo volver, mucho tiempo queriendo escribir, pero he pasado por una serie de infortunios que por fortuna se han quedado en el camino. Así que la primera frase que quiero poner es la que suena a tópico y es la típica, pero que me sale del corazón. Lo siento. Lo siento por mi ausencia. Seguramente muchos se habrán olvidado de este blog, pero si a alguien he fallado al no escribir más, ruego desde lo más hondo de mi ser que disculpe.
Sé que tenía que haber hecho una crónica de esa cena benéfica que preparamos para inaugurar Deja que Llueva. Pero fueron tantos los motivos que me impedían hacer una crónica que no tuve valor. Hoy ya sí, soy fuerte, he renacido (otra vez), pero esta vez mi enemigo no era el cáncer, sino otros cangrejos de carne y hueso que tenía a mi alrededor. He conseguido hacer una limpieza de todo lo que me manchaba. Así que tengo muchas cosas pendientes que contaros.
A pesar de que todo lo que he escrito en este blog ha sido de lo más personal que tenía, vuelvo a tener la sensación de soltar todo lo que siento, de describir mi vida a través de palabras.
Quizá todo en un post es demasiado, así que haré algunos resúmenes de estos meses y poco a poco los desarrollo en posts independientes.
Antes que nada, mi lucha sigue siendo a favor mía. Mi enemigo de nombre feo sigue acobardado (y ojalá sea de por vida) y sigo dominando en mi cuerpo. Las revisiones son anuales con el oncólogo y semestrales con la hematóloga.
Voy a ser papá de nuevo. Si todo va como hasta ahora, para septiembre mi vida se formará por una nueva personita. Es un niño, y el vientre de mi mujer está hinchado de mucho amor. Es una ilusión más por la que seguir luchando con todos los enemigos, de nombres feos o no, pero enemigos pues.
La cena, pues conocí gente fantástica. Sin querer me fui encontrando a gente mágica por mi camino. Y pongo un ejemplo. Chus, que no sé donde nos conocimos, a través de alguien en común, se ofreció a hacer los carteles, y que maravilla de cartel. Compartí mesa con Mayra Gómez Kemp y Laura Valenzuela. Descubrí a una persona inolvidable, Mónica, del grupo Materia Prima, que hizo que la velada fuera especial. Y sobretodo agradecer a un amigo que se portó como tal, que hizo que todo fuera más fácil, Antonio Cano. Pero como toda rosa, en el tallo también hay espinas, y las hubo (y muchas, y pinchaban mucho), pero dicen que no hay más aprecio que no hacer aprecio. Quienes creías tus amigos no lo fueron y torcieron bastante mi momento. Pero a día de hoy sigo ayudando a todo aquel que necesite, con mis palabras, con mi historia y mis pensamientos, para que su lucha sea más llevadera y no deje de recoger lo que ha sembrado.
Hace unos meses, en la empresa donde estaba trabajando (y que se portaron genial conmigo desde el principio de mi enfermedad) decidió no contar conmigo de momento, ya que la crisis ha hecho disminuir la producción, y lo entiendo. Así que ahora como digo yo, soy funcionario, me paga el gobierno por tocarme las narices (con perdón a los funcionarios que sí trabajan). Lo difícil es encontrar ahora un trabajo, pero lo conseguiré...
Si no fuera por el cáncer, seguramente ahora estaría hundido en una depresión de caballo, pero no, porque sigo respirando y voy haciendo mi camino.
Así que seguiré por aquí, con mucho que contar, porque me han pasado muchas cosas y hay muchas cosas que contar..... Abrazos infinitos...

Nuevo Libro sobre el cáncer, ¿Y si usted tuviera cáncer?

Os recomiendo a todos, enfermos o no este libro, escrito por el doctor en psicología Juan Moisés de la Serna.

¿Por qué es diferente? Está escrito de forma muy atractiva a la hora de leer, formado por 173 consejos muy directos que nos hará tocar la fibra de la fortaleza. A continuación os pongo la sinopsis.


"Niños, jóvenes, adultos y ancianos están expuestos

a la afección que padecen miles de personas en todo el mundo: el cáncer. Una enfermedad compartida que sufren intensamente los que la padecen y todos los que viven junto a las personas que han enfermado.

Maridos, esposas, padres, hijos, hermanos, amigos... todos están involucrados en que el paciente sepa asumir la enfermedad y sea feliz en convivencia con ella...

El objetivo de ¿Y si usted tuviera Cáncer? es servir de aproximación a aquellas personas que tengan en sí mismas o dentro de su familia el Cáncer.

Descubra entre estas páginas cómo les afecta y cómo se puede afrontar lo que se ha convertido en la pandemia de nuestra sociedad, que silenciosamente se adentra en todos nuestros hogares, el Cáncer.

En los capítulos de este trabajo se abordan los temas más relevantes y las cuestiones más importantes para los pacientes y para los familiares de estos, porque se trata de dar una nueva visión a las distintas dificultades que van a surgir durante el proceso de la enfermedad.

Una novedosa perspectiva que cuida la salud desde un punto de vista psicológico y que da pautas sobre cómo recuperarla y amoldarse a las circunstancias"
Os animo a leerlo y tener una visión muy acertada sobre el trato hacia los enfermos de cáncer. Enhorabuena Doctor Juan Moisés de la Serna.

15 de abril de 2011

El Castillo de la Salud

Gracias a Lou, quien me ha hecho saber de un reportaje radiofónico emitido en la cadena Cope, en el programa A buenas horas y narrado por María Jesús Agüero, he creado este video. Con todo mi cariño a todos los pequeños guerreros. La experiencia de estos verdaderos héroes en esta guerra los harán más fuertes, y tendrán un don, el don de valorar la vida.

http://www.youtube.com/watch?v=Bs-rcGImx-0

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