Concurso de relatos sobre enfermedades crónicas

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6 de noviembre de 2008

VIVIR SIN MIEDO AL MAÑANA


El futuro es una incertidumbre de la que nos empeñamos en adivinar antes de tiempo, nos ahogamos en la incógnita de lo que nos deparará. Intentamos anticiparnos a las sorpresas de un caprichoso destino, un sino del que nos tambaleamos día tras día.
Desde siempre he sido muy impaciente, rozando casi la locura por saber y controlar todo lo que vendría; en reyes, no podía con la incógnita de qué me traerían, y curioseaba por todos lados hasta dar con la tecla; cuando se aproximaba mi cumpleaños, olfateaba por todos los rincones hasta dar con alguna sorpresa escondida, necesitaba tener la sensación de todo controlado, saber que lo que vendría, y aunque ponía mi cara de sorprendido, interiormente suspiraba al haber conocido con anterioridad lo acontecido. Muchas noches enteras me he quedado sin dormir pensando en el mañana, haciendo un guión de mis actos, de mis palabras, de mis gestos, siempre he querido tener el control de todo lo que se cuece a mi alrededor, dejando pasar los momentos mágicos que nos regala ese incierto futuro, perdiéndome el poder de improvisación, viendo mas allá de lo que los ojos ven en la vida.
Esa forma de ser la he pulido, o mejor dicho, la he eliminado de mi ser desde que enfermé. Ahora los días los paso disfrutando, las noche durmiendo (no siempre, para qué engañarnos, pero pienso menos en el futuro). Desde que tengo cáncer he decidido vivir, vivir al máximo, luchar cuando haya que luchar, no anticiparme a un futuro, ni preocuparme por lo que no pueda controlar, ya se irá solucionando conforme vengan los problemas.
Por un tiempo me vi limitado de vida, de tiempo, ya que cuando me dijeron que tenía que enfrentarme a un tumor maligno, pensé que la vida se me acababa, que se me acortaba, que iba llegando a mi fin. Con los días he aprendido que todos tenemos un fin, no sé cuando es el mío, ni quiero saberlo, sólo disfrutar, tal y como el principito decía "sólo el corazón puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos".

5 comentarios:

Isabel Franco dijo...

Qué bonito libro ¿verdad? Yo ahora se lo recomiendo a mis sobrinas.
Entiendo todo lo que espresas, Carlos, porque a mí me pasaba lo mismo.
Es verdad que el cáncer es algo maligno, pero tiene cosas buenas, como enseñarnos a vivir acompasados ¿verdad?
Un abrazo murciano.

angels blog dijo...

Hola Carlos,

Yo siempre (antes de "esto" también) he creído que la vida es importante hoy y que desconoces el futuro, estés o no enfermo. Nosotros vamos a vivir (quizás...)más tiempo que otras personas que no están enfermas, ya que a éstas (y a nosotros también), les puede sobrevenir un acontecimiento inesperado.

Los accidentes no avisan. Con la enfermedad todavía puedes cambiar cosas, si le aplicas el tratamiento adecuado, y si ella se deja.

Lo mejor es vivir el día a día, mantener el ánimo y el optimismo. Reírse mucho, que es muy sano.

Ésto que lo escuchamos cada día, no es nada nuevo ni para tí ni para mí, ni para nadie, pero es conveniente que lo recordemos todos los días. A veces nos olvidamos y volvemos a caer en el desánimo. Pues no puede ser!!!

Soy pesada lo sé, pero todo el tiempo que perdamos preocupados, enfadados, tristes, pensando en "cosas malas", nos hace perder el tiempo que ahora deberíamos emplear en disfrutar, en ser felices... (me queda cursi, pero es así).

Un beso y mucho ánimo.

Àngels.

Anónimo dijo...

Un abrazo a todos.
Te añado a mi blog, sino te importa.

vto dijo...

Y resulta que aprender a "no hacer" a "no controlar" es más duro que lo contrario ¿verdad? o será que estábamos más acostumbrados.

Yo tenía el mismo problema, ya lo sabes Carlos, y me ha costado crecer hasta aceptar que no podemos controlarlo todo, me ha costado pero he aprendido a disfrutar de las cosas pequeñas.

Me recuerda al sabio aquél de los cuentos Zen que vive sentado junto a un río viendo pasar lo que el río arrastra, solo que a mi me cuesta aguantar cuando empieza a dolerme el culo de estar sentado.

Será que tengo que practicar más.

Animo Carlos al final aprenderemos a vivir esta vida, a disfrutarla y a darnos cuenta de que nos duele por que estamos vivos.

Un abrazo,

Víctor

a n i s h i dijo...

Me ha hecho gracia Víctor. Yo he tenido cáncer dos veces y todavía no he aprendido a dejar de tenerlo todo controlado, pero sí que es verdad que ya me libero de muchas cosas y dejo que otras vayan trascendiendo. De todas formas por mucho que me empeñe no puedo dejar de ser yo misma y pienso que luchar contra mí me perjudica más. Ahora bien, lo que trato es de no enfrentarme a la vida porque solo consigo que ella se enfrente a mí.
Me gusta tu blog, es curioso leer tus impresiones y tu experiencia con la enfermedad, no todos sentimos lo mismo.
Ana

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